DÉJÀ VU

El hecho de ser omnipotente contempla un cubo asimétrico de gelatina de piña azorada por su sabor tropicoartificial, rechista y regurgita. Ésta ni se inmuta por su norrostro de astro ni por la infinita sabiduría ni por su refinado nogusto ni por el infinito amor y la infinita soledad que llena la oscuridad de sus noojos; confluye la divinidad con su vulgar y gelatinosa existencia, atrapa la luz la barba imaginaria y se expande por cada nocentímetro de noespacio de ese noreino, nolugar dios, élellatodonada siente que se asfixia ¿cómo, por qué? reconoce algo nuevo y decide nonomabrarlo miedo como es omnipotente, el alfa y el omega el principio y el fin la victoria de la gelatina sobre su ínclito imperio no duró mucho y esta, tal vez, por pura saña es sublimada, desaparecida pues y dios procura olvidar (aunque no puede… pero sí puede) el incidente.

(epílogo)

Dios salta canales en la t.v. su t.v. divina (omnicanales, omnicalidaddeimagen) y se topa con un comercial; se estremece y contempla la rebelde, indomable digna, cúbica anárquica gelatina que lo reta con su temblorosa frutal y ante esto (más por prudencia que por otra cosa) dios no pudo hacer nada.

Del día que dios fue derrotado, Elosogudo. 

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Música compuesta por Juan KV

Con el demonio adecuado, cualquier infierno es perfecto. Eres mi déjà vu preferido.